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Aunque utilizar una crema o serum para completar nuestra rutina de belleza, no es estrictamente necesario, sí que es una opción que recomiendan los profesionales y que deberíamos de tener en cuenta.
Puedes pensar que tu piel no lo necesita, pero te diré algo: no existe la piel perfecta. No por no tener acné, piel tirante o arrugas, debes descartar este complemento en tu rutina. Existe una gran variedad de cremas, con objetivos diferentes. Anti manchas, antiarrugas, vitamínica, iluminadora, reafirmante, unificadora…
Es importante que recuerdes que, para tratar problemas mayores con el cutis, ya sea por acné, eczemas, piel irritada, o cualquier otro, debes consultar con tu dermatólogo. Por muy leve que sea el problema, ninguna marca puede asesorarte con eso, necesitas la ayuda de un especialista.
Ahora bien, si te has decidido a utilizar una crema pero no sabes cuál escoger, a continuación te explicamos 6 tipologías que pueden resultarte interesantes:
La hidratación es algo que hay que aportarle a la piel diariamente ya que, el propio ambiente, produce la sequedad. La piel tiende a reflejar la atmósfera que le rodea. Esto es recomendable, sobretodo en invierno, con las bajas temperaturas y el aire seco de la calefacción.
Así pues, si queremos una piel de apariencia sana, visiblemente luminosa y con vitalidad, la crema vitamínica debe ser nuestra mayor aliada. Además, un uso constante de esta crema, actúa frente al envejecimiento, retrasándolo visiblemente en la medida de lo posible (aunque, si tu principal necesidad es el antiaging, recurre a una crema específica para esto.)
Debemos recordar que ninguna crema hace milagros, así pues, si tienes manchas marcadas y persistentes, acude a un profesional.
La mejor forma de combatir las manchas siempre será prevenirlas. Incorporando una rutina dirigida a unificar nuestro tono cutáneo, y sobretodo: utilizar cremas específicas antes de la exposición al sol.
Con el transcurso de los años, nuestras células cutáneas empiezan a producir menos colágeno y elástica, lo cual se traduce en la primera aparición de arrugas, flacidez, poca vitalidad…
Por esta razón, nunca está de más incorporar (siempre y cuando tengas una edad prudente. A tus 14 años no necesitas este tipo de crema, evidentemente.), una crema antiaging a tu rutina de belleza.
No son solo las cremas sino que, cada vez más, los centros de belleza ofrecen tratamientos específicos que puedes utilizar para completar tu rutina.
Y como siempre, ¡esperamos que te haya servido de ayuda! Si pones en práctica estos #EtniaTips, súbelo y etiquétanos en redes sociales.
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